Me gustaría contarles aquí, si me lo permiten, una historia protagonizada por ese amigo algo tonto que todos tenemos. Como todos lo tenemos, creo, y, como a veces el amigo tonto somos nosotros mismos, he dudado a la hora de ponerle nombre y, para no ofender a nadie, diremos que se llama Harry Potter. Pues bien, Harry Potter lleva ya un par de años fuera del colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, donde ha aprendido a hacer sutiles distinciones �por ejemplo, entre magia y hechicería� que a los demás, prosaicos muggles, nos están vedadas; pero el chico ya está empezando a darse cuenta de que ahí fuera se requieren distinciones de un orden muy distinto y el pobre a veces tiene la sensación de que los horrendos e incomprensibles muggles quieren tomarse la revancha.....
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