La publicidad no es complementaria es una dimensión irreversible del sistema de los objetos. Analizando la lógica de la eficacia publicitaria, es una lógica que se parece a una fábula, no se cree lo que se dice, pero se obra como si se creyese. � De eso se trata en definitiva, de crear la confusión en la mente de los que se sitúan incautamente ante el televisor, puesto que detrás de la pantalla se esconden enconados intereses económicos, cuya finalidad se asemeja al mensaje divino: creced y multiplicaos.�
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