Los servicios públicos tienen como misión esencial satisfacer las necesidades de los ciudadanos. Por lo tanto, quienes diseñan las metas y objetivos que deben cumplir tienen el deber de convertir al ciudadano en el centro de la actividad pública. Los servicios públicos representan un bien para todos y ayudan a que se mantenga la cohesión social, siendo necesario que exista una interacción permanente entre los ciudadanos y los empleados públicos, para poder satisfacer las demandas sociales lo mejor posible.
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