La agresión ilegal contra Iraq se materializó el 20 de marzo cuando Estados Unidos y sus aliados comenzaron el bombardeo de Bagdad. Atrás quedaron los intentos para impedir el ataque que hicieron los países que se oponían a la guerra dentro del Consejo de Seguridad de la ONU y los esfuerzos de los inspectores de Naciones Unidas que trabajaron contra reloj para demostrar que no existían pruebas suficientes para el uso de la fuerza contra Iraq. Pero la guerra estaba decidida de antemano. Bush, Blair y Aznar se reunieron en las Azores para escenificar el inicio de esta nueva era de orden imperial que desprecia el Derecho Internacional y consagra el derecho del más fuerte.
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