El consumo desmesurado de energías fósiles favorece el cambio climático que provoca el efecto invernadero. Una situación que se agudiza especialmente en las ciudades donde la emisión de gases contaminantes procedentes del tráfico y del consumo energético están contribuyendo a convertirlas en lugares desagradables e incluso perniciosos para vivir. Urge cambiar el modelo y apostar por las energías renovables y por formas de ahorro y eficiencia energética que devuelvan estos espacios de convivencia al disfrute de los ciudadanos.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados