Durante siglos, epiléptico fue sinónimo de lunático, poseso y endemoniado. Hubo que esperar hasta la ilustración para que esta enfermedad, una de las más antiguas que se conocen, fuese desvinculada de causas sobrenaturales. Lo cuenta un libro de reciente publicación, mientras la OMS nos recuerda la increíble, pero aún hoy cierta, estigmatización de una dolencia que padecen más de seis millones de europeos.
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