La "razón de Estado" tiene una larga y negra historia detrás. Por lo general, cuando se invoca esa terminología se intenta legitimar la actuación de los poderes políticos que operan con independencia y por encima de las leyes y/o de la ética. Por el contrario, los críticos de la "razón de Estado" demandan que las instituciones políticas actúen siempre bajo el paraguas del ordenamiento jurídico, igual que se exige a todos los ciudadanos.
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