En España la política presupuestaria tiene que articularse buscando un equilibrio entre tres objetivos: inversión, cohesión social e innovación. A ninguno de ellos puede renunciarse. Se ha visto que los Gobiernos del señor Aznar López no han preparado a España para afrontar retos tan importantes. Es más, hasta se ha retrocedido en alguno de ellos. Por eso, es imprescindible levantar una oferta en la que a la vez y de forma igualitaria se formulen estas tres cuestiones. De no ser así, se generaría una seria incertidumbre sobre nuestra propia funcionalidad. No se entendería que se pretendiera que hiciéramos aquello que la derecha ni quiere ni puede hacer desde el PP.
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