La catástrofe del petrolero "Prestige" ha puesto de manifiesto que las Administraciones Públicas españolas carecen de criterios preventivos, de medios y de guías que señalen los planes de actuación para enfrentarse a situaciones de emergencia como la sucedida. Sobre todo, parece imposible que no se haya aprendido nada de anteriores desastres y que no se tenga una legislación rigurosa que determine las condiciones que deben cumplir los barcos que transportan mercancías peligrosas susceptibles de producir catástrofes medioambientales.
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