La adecuada representación electoral de los ciudadanos se puede dar en términos cuantitativos, al construir distritos equilibrados en población, y en términos cualitativos, cuando las opiniones y los intereses de los diversos grupos sociales quedan reflejados. El principal criterio cualitativo es el denominado �integridad de comunidades�, mismo que presenta dificultades para su incorporación al proceso de redistritación. El presente artículo discute la problemática anterior, profundiza en la importancia de sistematizar dicho criterio y, partiendo de la hipótesis de que barrios y colonias son unidades que representan apropiadamente a las comunidades de interés, presenta una propuesta metodológica para su introducción en el proceso de redistritación.
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