Cualquier ritmo cardiaco puede ser un ritmo de salida de una parada cardiorrespiratoria, por lo que es importante tener en mente una serie de actuaciones para cada uno de ellos. Una vez conocido el ritmo cardiaco hay que valorar si hay signos de inestabilidad, lo que nos obligaría a una cardioversión eléctrica urgente, siempre previa sedación del paciente. Si no existe inestabilidad, tendremos que analizar la arritmia y valorar factores como una deficiente oxigenación que puedan influir en la producción de la misma, y proceder a su tratamiento farmacológico o en algunos casos la utilización de un marcapasos (transcutáneo o intravenoso). Estos conocimientos debemos tenerlos muy claros en nuestra mente, ya que una mínima equivocación hace que apliquemos tratamientos completamente diferentes.
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