La crisis económica y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria se han cobrado en los últimos cuatro años 300.000 ejecuciones hipotecarias, al tiempo que se multiplican los impagos en el alquiler de viviendas. Mientras los juzgados españoles no dan abasto para afrontar la avalancha de desahucios, los afectados han comenzado a organizarse para exigir una reforma de la Ley Hipotecaria que les permitar escapar del laberinto en el que se han convertido sus casas.
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