En junio de 2012, Dassault fue condenada por haber "discriminado sindicalmente" a diecisiete asalariados de su fábrica de Biarritz, quienes no tuvieron una evolución normal en sus carreras. El proceso ha triunfado en parte gracias a la investigación de la inspección de trabajo. He aquí un ejemplo de las misiones que lleva a cabo este cuerpo de funcionarios odiado por la patronal y del cual el poder ha retomado las riendas.
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