Se presenta el caso de una mujer de 81 años con accidentes vasculares cerebrales (ACV) recurrentes con doble antiagregación y hemorragia digestiva de origen oscuro. No se encontró el origen del sangrado con cápsula endoscópica, enteroscopia de doble balón, laparotomía exploradora y enteroscopia intraoperatoria bidireccional desde boca a ano. La paciente requirió la transfusión de 117 concentrados de hematíes durante 2 años pese a suspensión de la medicación antiagregante y tratamiento con análogos de la somatostatina. Por ello, se inició terapia con dosis crecientes de talidomida, hasta 300 mg, asociadas a profilaxis tromboembólica durante 3 meses, sin respuesta. Al suspender la heparina, la hemorragia se controló durante 3 meses, pero se retiró la talidomida por efectos secundarios. Dado que la hemorragia recidivó al mes de la suspensión, se realizó un segundo ciclo de 3 meses de tratamiento con talidomida. Durante un año de seguimiento, la paciente no ha precisado transfusión de hemoderivados.
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