Predicciones económicas internacionales

• Localización: Delfos: Predicciones económicas internacionales, ISSN 1134-4229, Nº. 7, 2006, pág. 1
• Idioma: español
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• Resumen

  • Una vez más las expectativas mejoran para la mayoría de las economías mundiales. Como viene siendo habitual en los últimos informes Delfos, las expectativas ofrecidas por los principales centros e institutos de previsión internacionales corrigen al alza sus previsiones anteriores, aunque mantienen un menor crecimiento para el próximo año. Las sombras en el corto y medio plazo proceden de las tensiones derivadas de los precios de la energía y más allá de nuestro horizonte de predicción de la necesidad, cada vez más patente, de modificar los modelos de crecimiento actuales e incorporar los efectos del cambio climático.

    Europa camina y si con los datos disponibles la mayoría de las previsiones apuntan a que en 2006 registrará un crecimiento próximo al 2,5% del PIB, también se anticipa un crecimiento superior al 2% para el 2007, todo un record que posiciona al continente en su mejor momento de los últimos 6 años. Sombras existen, las mismas que tiene la economía mundial más las generadas por la subida de los tipos de interés y su incidencia sobre la demanda interna, las presiones sobre el euro y una menor competitividad exterior.

    Italia, una economía enferma. Italia es el país europeo que menos creció en 2005, que menos crece en la actualidad y al que las previsiones sitúan a la cola para el próximo año. Si bien es aún pronto para juzgar las reformas del nuevo gobierno, estas no se dejarán sentir a corto plazo y en consecuencia los institutos de predicción no auguran buenos resultados inmediatos. Italia es en si misma una sombra para Europa.

    China campeón del crecimiento. En las última décadas el crecimiento medio de China ha superado el 9% y las previsiones actuales mantienen estas tasas para el futuro. El hecho de que sea uno de los pocos países en vías de desarrollo en donde el PIB está aumentando en términos per cápita, anticipa crecimientos de la demanda interna de un país que no solo será un competidor internacional sino también un mercado de grandes proporciones. En las sombras se encuentran las ya enunciadas para la economía mundial, pero agravadas por su fuerte crecimiento del consumo energético y la desconfianza que genera en los países más desarrollados.

    España se mantiene a la cabeza del crecimiento europeo y solamente se ve superada por Finlandia e Irlanda, dos economías de menor calado que la española. Los resultados son buenos en aspectos relevantes, tasa de paro cada vez más próxima a la media europea, crecimiento de la inversión y niveles de deuda pública que la sitúan a la cabeza de los países europeos menos endeudados, pero peligrosos en variables tan claves como productividad, competitividad exterior y un modelo de crecimiento todavía asentado en el consumo privado y la compra de viviendas. Sombras suficientes como para evitar triunfalismos y poner algunas sombras sobre nuestro liderazgo.