Desde la apertura de las fronteras interiores de la Unión Europea y el cierre paralelo de sus fronteras exteriores, el Mediterráneo se ha convertido en una trampa mortal - y en una enorme fosa común- para refugiados e inmigrantes irregulares que viajan rumbo al Norte. Hoy, la frontera exterior de la UE es, en todo el mundo, la frontera donde más muertes se producen. Son más de 16.000 los fallecidos contabilizados entre 1993 y el mes de febrero del año en curso. Y la cifra no contempla los desaparecidos...
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