Según todas las proyecciones, en las próximas décadas el número y proporción de personas mayores en los entornos urbanos aumentará de forma considerable. Sin embargo, las ciudades no están preparadas para este nuevo contexto demográfico, y suelen presentar numerosos obstáculos para las personas mayores, sobre todo en materia de vivienda, transporte y movilidad, espacio público, y acceso a servicios sanitarios y asistenciales. Es por ello que es necesario introducir las necesidades derivadas del envejecimiento en la agenda urbanística y promover un modelo de ciudad densa, compacta, continua y diversa en usos para poder implementar sobre esta las correspondientes políticas sectoriales de la forma más adecuada y eficiente posible.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados