Este trabajo recupera el vaticinio hegeliano sobre la muerte del arte para demostrar, en contra de lo defendido por el discurso artístico postmoderno, que el arte no sólo no ha llegado actualmente a su fin, sino que goza de más salud que nunca, teniendo en cuenta la ampliación sin límites de su concepto en la sociedad actual como consecuencia de un doble fenómeno: la desestetización del propio arte y la estetización de la vida, con las que el arte parece haber traspasado, al igual que el objeto sublime, los límites de lo pensable, abocando así a la reflexión estética a un amargo aunque también sabroso estremecimiento.
This paper returns to the Hegelian prediction about the death of art to try to prove, in contrast with the post-modern view, that art hasn�t died nowadays; even though, it is healthier than ever. The main reason for this argument lies on the broader conceptualization of art in contemporary society, in which both the de-aesthetization of art and the aesthetization of life have occurred. As a result, art, as the sublime object, has gone beyond the limits of thought, taking the aesthetics reflection to a sour but tasty shaking.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados