La sexualidad es un tema de preocupación en el marco de la constitución del sujeto político. Leyes constituye un texto emblemático en lo que significa la preocupación por la formación del anér politikós, la cual descansa en buena medida en la insistente preocupación por la administración que el sujeto haga de sus placeres. Allí se juega el concepto de enkráteia, entre otras nociones vinculadas al cuidado que los sujetos deben prestarse a sí mismos, en el marco de lo que constituye la tensión fundamental del mundo griego: hýbris-sophrosýne, como tópoi emblemáticos de la doble consideración del sujeto: el hombre temperante, dueño de sí, y el intemperante, esclavo de sus propias pasiones. Proponemos un abordaje del libro VIII de Leyes en el apartado dedicado a la formación sexual de los ciudadanos para ver allí el foco de problematización en relación a la conducción del gobierno y del bien común de la pólis.
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