Cuando el Seat Toledo vio la luz por vez primera en 1991 se convirtió en un éxito de ventas de forma instantánea además de un símbolo para la marca. No en vano fue coche oficial de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y de la Expo de Sevilla del mismo año. Ahora, veintiún años más tarde aparece la cuarta generación y lo hace a bombo y platillo de la mano de una campaña desarrollada por Grey London Barcelona en lo que es una valiente apuesta tanto desde el punto de vista creativo como de medios.
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