Introducción. Distintas investigaciones sobre envejecimiento normal y patológico han mostrado un deterioro estructural y funcional a través de medidas psicofísicas, estudios electrofisiológicos y de imagen cerebral. Una menor percepción sensorial desde estructuras olfatorias periféricas, junto con alteraciones en el bulbo y la corteza, son las causas más comunes del decremento olfatorio en el envejecimiento. Objetivo. Ofrecer un esquema de las principales pruebas aplicables en la evaluación clínica. Desarrollo. Se comienza repasando conceptos de anatomía y fisiología olfatoria, para, a continuación, exponer los distintos métodos de exploración y su aplicabilidad al diagnóstico médico. Conclusiones. La incorporación de las pruebas olfatorias a la práctica clínica ofrece la posibilidad de estudiar más a fondo la presencia de los deterioros sensoriales y cognitivos de las personas, especialmente en el envejecimiento y en las enfermedades neurodegenerativas, lo que permite ampliar y completar un eventual diagnóstico.
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