En materia electoral, la versión española del sistema proporcional se utiliza para el fin contrario al que fue diseñado: no sirve para impulsar el multipartidismo, ni para asegurar -en proporción exacta- los votos alcanzados por cada formación política. El procedmiento de cálculo de los restos de votos, ideado por el matemático belga Hondt y aplicado a nuestro sistema electoral, crea de hecho un bipartidismo artificial. Un bipartidismo que ni responde al mapa político de la sociedad española, ni respeta lo establecido en la Constitución, cuyos artículos falsifica. Todo ello desfigura a la democracia.
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