Desde hace años se habla de la necesidad de reformar el Consejo General del Poder Judicial por razones diversas, que tienen que ver con la forma de designar a sus integrantes, su funcionamiento por cuotas previsibles, su pesadez como órgano anticuado y oscuro y su inanidad. Pero el verdadero problema de la Justicia en España es de más calado, porque es fundamentalmente de eficacia y de organización, y su mejora depende poco de quien presida una Audiencia o un Tribunal Superior.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados