En 1932, las Juntas de Viviendas del Ayuntamiento de Bilbao patrocinaron el concurso de viviendas destinadas a obreros en el barrio de Solocoeche. Fue la primera y última convocatoria a la que se presentó la federación GATEPAC, representada por los grupos Centro �Madrid-, Este �GATCPAC, Barcelona-; y Norte,-San Sebastián y Bilbao- dejando en evidencia sus contradicciones internas.
La convocatoria de Solocoeche representó lo que fue el GATEPAC y el Movimiento Moderno en España: un grupo disperso en su gestión y aproximativo en sus propuestas formales. Solocoeche fue un testimonio más de la impericia del GATEPAC por constituirse como federación. Desde la perspectiva formal, las propuestas presentadas por los equipos de Fernando García Mercadal y Aníbal Álvarez, José Manuel. Aizpurúa y Joaquín Labayen, y el GATCPAC evidenciaron que la agrupación federal fue un grupo heterogéneo, sin un posicionamiento común de criterios ni una base ideológica firme. La urgencia por ser modernos les indujo a aplicar mecanismos de apropiación y emulación de lo ya ejecutado y propuesto en otras latitudes; incluyendo ciertas carencias en su reflexión. Evidentemente la cuestión de la vanguardia en España pasaba por la interpretación de lo ya visto, pero también de lo ya aprendido, en Le Corbusier, Gropius o Rietveld.
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