Rafael Sarasola Sánchez-Castillo
La estructura metálica, tan cómoda y versátil para su utilización en la construcción por su esbeltez, resistencia y rapidez de puesta en obra, tiene el grave problema de que en caso de incendio, al calentarse, pierde muy ràpidamente la capacidad de soportar cargas (capacidad portante). En un momento dado, al alcanzarse una determinada temperatura, llamada temperatura crítica, ya no puede soportar más tiempo la carga, produciéndose un colapso. Esta temperatura crítica oscila entre 400 y 700 Cº, dependiendo del límite de carga de la estructura y de su carga real, tomándose usualmente el valor de 500Cº como una media conveniente. En caso de incendio, esa temperatura de 500Cº se alcanza en unos pocos minutos. Es preciso, pues, utilizar algún método adecuado para proteger la estrucutra y aumentar su tiempo de resistencia.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados