La reciente crisis financiera internacional ha puesto en evidencia que la Reserva Federal de Estados Unidos obedece a los intereses de los bancos y los agentes del mercado de capitales, constituyendo un típico caso de regulador cautivo. Por otra parte, el autor analiza el comportamiento de los organismos internacionales frente a la crisis, los cuales aplican una ortodoxia económica para los países desarrollados y otra muy diferente para los países emergentes.
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