Gaspar Alonso Gavilán, María Bragado González, Luis Ramón Menéndez Bueyes, María Dolores Rodríguez Alonso, Milagros Bartolomé Rubio, Hernando Hernández Fernández
El estudio geoarqueológico de los materiales que constituyen la mayor parte de la calzada y desde la pilastra saliente hasta arriba del Puente Romano de la ciudad de Salamanca permiten asignarlos a la Fm Areniscas de Salamanca de edad Cretácico Terminal-Paleoceno. La identificación de esta unidad litoestratigráfica como principal medio generador de estos materiales derivó en la búsqueda e identificación de los posibles puntos de extracción, canteras de las que pudieran haber extraído los sillares tanto actuales como históricas o de afloramientos hoy día ocultos. El análisis estratigráfico y sedimentológico de los depósitos sedimentarios realizados en los cerros de la Peña de Celestina, San Vicente, Peñuelas de San Blas, Calvarrasa de Arriba, los dos Arapiles (Chico y Grande) y Aldeatejada, entre otros muchos, pusieron de manifiesto la presencia de grandes cuerpos cóncavos, casi tabulares, constituidos por areniscas microconglomeráticas blancas con parches rojizos cementadas por sílice. Estas areniscas son similares a las areniscas utilizadas en la construcción del Puente Romano y, en concreto, a las muestras recogidas en el enlosado durante la restauración realizada en 1999 por el ayuntamiento de Salamanca. Los estudios estratigráficos permitieron no sólo establecer la secuencialidad de los acontecimientos geológicos, sino también la posición estratigráfica de depósitos de la Formación Salamanca similares a los utilizados en la construcción de la calzada. Los análisis sedimentológicos y petrológicos permitieron definir los procesos sin- y postsedimentarios que confirieron las características texturales actuales a la unidad litoestratigráfica (Fm Areniscas de Salamanca) que permiten diferenciarla del resto de las unidades litoestratigráficas del área. La uniformidad de los difractogramas de rayos X realizados no permitió determinar especies minerales específicas para áreas, canteras o afloramientos y, en consecuencia, no pudo ser determinada con exactitud la procedencia de los sillares empleados en su construcción, pero sí sus posibles áreas de origen, procedencia. Por otro lado, el enlosado, por sus características morfológicas, datos históricos y contexto arqueológico, pudiera adscribirse a un momento antiguo dentro de la vida de esta obra pública, finales del periodo Flavio, entre el 81 y el 98 d. C. bajo el mandato de Domiciano o Nerva. La colocación de los sillares de la parte superior debe ser adjudicada a las obras posteriores realizadas en el Puente Mayor o Puente Romano sobre el Tormes en la ciudad de Salamanca, en el siglo XVIII.
The geoarchaeological study of the building materials used in the pavement and ashlar of the Roman Bridge over the Tormes River in the city of Salamanca allows them to be assigned to the Salamanca Sandstone Fm (Latest Cretaceous-Palaeocene). The identification of this lithostratigraphic unit as the main building material resulted in a further search and identification of possible extraction sites, that is, quarries which could have been the source of both 20th century and older dressed stones. The stratigraphical and sedimentological analyses of the sedimentary deposits carried out in the hills of Peña Celestina, San Vicente, Peñuelas de San Blas, the slopes of Calvarrasa de Arriba, both Arapiles («Chico» and «Grande»), and Aldeatejada, together with many others, revealed the presence of lenticular-tabular shaped outcrops of coarse grained, white coloured with reddish patches sandstones and microconglomerates, cemented with silica. These sandstones are similar to those used in the Roman Bridge, especially the samples taken from the pavement during the 1999 restoration work. Stratigraphic studies did not only make it possible to establish the sequencing of the geological events associated to the Salamanca Sandstone Fm but also the stratigraphic position of deposits similar to those used in the construction of the Roman Road. Sedimentological and petrographic analyses allowed defining the sin and postsedimentary processes that conferred the present textural features of Salamanca Sandstones that differentiated them from other lithostratigraphic units of the study area. On the other hand, an X-ray diffraction study was carried out trying to find specific minerals that might allow us to differentiate between outcrops of the same Fm, which instead resulted in a homogeneous picture on the diffractograms. As a consequence, even if well-defined areas associated to the ashlar used in the construction of the Roman Bridge could be drawn, so far it has not been possible to pinpoint their exact location within them with greater precision. Concerning the building phases of the Roman Bridge, the morphological characteristics, historic records and the archaeological context of the pavement provide evidence to date it back to the late Flavio period, between 81 and 98 AD under the rule of Domitian or Nerva, whereas the ashlar of the upper structure of the bridge can be seen as pertaining to a much later work in the 18th Century.
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