Resumen de Acerca de la etiología de las hemorragias recidivantes juveniles en vítreo
Alejandro Palomar de la Torre, Alejandro Palomar Palomar
La casuística presentada se refiere a seis enfermos afectos de hemorragias recidivantes juveniles retinianas en vítreo. La exploración, aparte de la local, se dirigió en el sentido de poder precisar en cada caso la etiología, y muy particularmente el poner de manifiesto la tuberculosis y la tromboangitis obliterante de Buerger.
En ninguno de los enfermos se comprobó endocrinopatías, discrasias sanguíneas ni síntomas carenciales (factor C y K) que pudiéramos hacerlos responsables de la aparición de las hemorragias recidivantes intraoculares.
Dos de los enfermos presentaban tuberculosis intratorácica comprobada. En ambos el diagnóstico de periflebitis retiniana tuberculosa era seguro, reforzando este criterio la simultánea presentación de iridociclitis.
En otro paciente, en que una tuberculosis intratorácica no activa era dudosa (enfermo número 6) y en el cual existía una iridociclitis en evolución, el tratamiento tuberculínico provocó una nueva hemorragia, sirviendo esto de apoyo para el diagnóstico de periflebitis tuberculosa.
Otro de los enfermos fué diagnosticado de endangitis obliterante de Buerger, pues junto con las hemorragias retinianas, existían marcadas alteraciones circulatorias típicamente endangíticas. A propósito de este caso se estudian concordancias entre la periflebitis y la endangitis, en el sentido de un fondo posiblemente alérgico de esta última afección, que en ocasiones puede ser de naturaleza tuberculosa.
En el enfermo número 5 las hemorragias había que hacerlas depender de una infección focal.
En uno solo de los casos (número 1) la etiología de las hemorragias no pudo ser aclarada, faltando toda base en favor de un determinado origen general.
Los casos estudiados permiten llegar a las siguientes conclusiones: Que la periflebitis tuberculosa es, en la mayoría de los casos, responsable de las hemorragias recidivantes retinianas de tipo juvenil (enfermedad de Eales). Que una infección focal (en nuestro caso de origen dentario) puede también producirlas, sin que podamos por el momento establecer una relación de causa a efecto. Que la tromboangitis obliterante de Buerger, que tantas controversias ha suscitado en los últimos tiempos, hay que admitirla como causa, si bien posiblemente excepcional, de este tipo de hemorragias intraoculares, como lo demuestra el caso del enfermo número 3. Precisamente, tomando en consideración el estudio de este caso se pone de manifiesto las grandes concordancias que existen entre la periflebitis retiniana y la endangitis de Buerger, concordancias que pueden explicarse al considerar, como modernamente se orienta a la endangitis obliterante como una manifestación alérgica, de causa múltiple, entre las que verosímilmente hay que incluir a la tuberculosis. Esta orientación, que ya fué señalada por Albrich, parece confirmada por uno de nuestros casos, y si bien precisa para su admisión de nuevas aportaciones, tendría como interés el relacionar dos afecciones cuya sintomatología local ocular, tanto subjetiva como objetiva, es muy semejante, y que hasta la actualidad se consideran como totalmente independientes.
Comunicación presentada a la XX Asamblea de la Sociedad Oftalmológica Hispano-Americana
