En el nuevo escenario internacional surgen propuestas articuladoras que llevan a imaginar procesos integradores en planos superpuestos, en un abanico de vínculos propio de la pluralidad del mundo que se avizora para el siglo XXI. En este marco, el autor se interroga acerca de la conveniencia estratégica para la Argentina de liderar, junto con el resto de los países del Mercosur, la construcción de un nuevo espacio de integración hispanohablante e iberoamericano, con una participación activa de las dos grandes economías con presencia en la región: la norteamericana y la española.
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