El conflicto de los denominados "Comunitarios-B", iniciado en 2000, pareció acabar cuando el Tribunal de Luxemburgo dictó la última de sus resoluciones, en procedimeintos de cuestión perjudicial, y la Audiencia nacional, en 2006, dictó su última sentencia favorable a los jugadores procedentes de Estados que habían suscrito, en su día, Acuerdos o Tratados de Adhesión o de Colaboración con la Unión Europea. Pero el reconocimiento del derecho y la violación del mismo sólo abarcaba una parte de este peregrinar. Quedaba la compensación por los daños y perjuicios causados, por haber imposibilitado el ejercicio de la actividad deportiva profesional en igualdad de condiciones y derechos a estos deportistas. Las dos sentencias que se citan y comentan en el artículo sí han puesto fin a todo ello.
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