La asunción de un nuevo gobierno en Haití, de discutible origen "electoral", no crea muchas expectativas en torno a una eventual y progresiva reafirmación democrática en ese país. Aunque este artículo fue escrito con anterioridad a los "comicios" en que se dio por triunfador a Leslie Manigat, en enero de 1988, contiene elementos descriptivos y de reflexión insustituibles si se quiere entenderlo que sucede y podría suceder en Haití. Del trabajo surge la contradicción entre un amplísimo movimiento popular por la democracia, que se expresa en mil formas, y los intentos de sofrenarlo y desviarlo por parte de una pequeña cúpula político-social en que se mezclan militares, ex-duvalieristas y la presencia - siempre importante en el Caribe - de una gran potencia mundial cercana al teatro de los hechos. El análisis es también un llamado a la solidaridad latinoamericana con la que fuera la primera república independiente en esta región del mundo, ya en 1804.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados