Las exigencias de los consumidores y especialmente del comercio por obtener unos productos alimenticios que se conserven durante el mayor tiempo posible obliga a los fabricantes a desarrollar nuevos procesos de conservación que sean lo más respetuosos posible con los alimentos. La tecnología para las zonas asépticas es una de las respuestas a estas exigencias. Los orígenes de las zonas asépticas industriales hay que buscarlos en los Estados Unidos en los años 60 del pasado siglo. En aquella época se descubrió que la navegación espacial precisaba una microelectrónica altamente integrada que solo puede ofrecer la fiabilidad necesaria cuando se fabrica en unas condiciones extremadamente exigentes en cuanto a limpieza. Hoy en día no existe un solo microchip que no haya sido fabricado en un entorno libre de partículas. Mientras tanto, la técnica aeroespacial tiene unas características de aplicación en diferentes campos entre los que también figura la industria alimentaria.
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