Los países necesitan del desarrollo, que construya equidad y así, responder a las necesidades fundamentales de los seres humanos y a la seguridad de las personas, en el día a día. Es la etapa de mercado de la economía la que "olvida" el objetivo de la equidad y, mediante el consumo, sustenta el desarrollo refiriéndolo a los objetos y no a las personas, cayendo en desgracia la justicia social y el desarrollo compartido. La intervención de una visión de la economía diferente a la sola competitividad es fundamental, para actuar sobre el instrumentalismo patológico de la búsqueda del beneficio y del poder del neoliberalismo globalizador y para reunir de nuevo los valores y la economía
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