Este artículo intenta responder a la «vexata quaestio» de qué reformas deberían introducirse en el Senado para incrementar su representatividad territorial. La tesis principal sostenida es que esta cuestión ya no es la única reforma constitucional de calado pendiente, que hay que ubicarla en el contexto de la crisis económica y de la evolución del Estado autonómico, y que quizá habría que abordarla en el marco de una (técnicamente compleja y políticamente improbable) eventual modificación de la organización constitucional del territorio. Más aún. Dado el modelo territorial del ordenamiento español y el mapa real de fuerzas políticas existente, se sugiere la idea de que convertir al Senado en una auténtica cámara de representación territorial sea, por último, políticamente imposible entre nosotros.
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