Irlanda entró en recesión en septiembre de 2008. En diciembre de 2010 Irlanda aprobó el plan de rescate de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional. A partir de 2009, se han venido adoptando medidas para reducir el gasto público, mejorar la inversión pública y evitar el fraude. En general, estas medidas se han insertado en las leyes de presupuestos. Tales medidas han afectado al sistema de relaciones laborales y al sistema de ayudas sociales de Irlanda. En particular, se han reducido ayudas tan populares en el país como el Subsidio por hijos (Child Benefit). La reducción afectó asimismo a las pensiones [por ejemplo a la de jubilación (State Pension)], a las prestaciones sanitarias y farmacéuticas, a la prestación y al subsidio por desempleo (Jobseeker´s Benefit, Jobseeker�s Allowance), a las prestaciones por maternidad.
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