El presente artículo parte de entender que la formación de los futuros juristas no constituye una cuestión puramente técnica o de mercado, ya que de la orientación que se dé a la misma de-penden nada menos que la calidad y el sentido futuros de la democracia y sus instituciones dentro de nuestra sociedad. En función de esta premisa, somete a la crítica el modelo mercantilista de formación legal que se viene imponiendo sin demasiados cuestionamientos al impulso del de-nominado Proceso de Bolonia, a la vez que desarrolla una propuesta alternativa de renovación de las formas tradicionales de enseñanza del Derecho, basada en la necesidad de adoptar una aproximación realista, axiológica y argumentativa al mismo, con especial atención a su proyección sobre la enseñanza del Derecho del Trabajo.
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