Los músicos de la Real Capilla gozaban de una situación económica privilegiada en comparación con sus homólogos peninsulares no tanto por el valor de las rentas que, en el siglo XVIII, percibían con varios años de retraso, sino más bien por la posibilidad de incrementarlas asistiendo de forma gremial a las innumerables fiestas particulares de la Villa y Corte. Ofrecemos aquí datos aclaratorios sobre la existencia de esta lucrativa actividad complementaria, cuya progresiva institucionalización en el seno de la orquesta palatina alteraría poco a poco el funcionamiento interno de la Real Capilla
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados