Se examina el problema de la circularidad argumental en la fundamentación del conocimiento desde la teoría de la argumentación. Los argumentos dirigidos a probar que sabemos (argumentos fundamentadores) son sospechosos de dos falacias: petición de principio y apelación a la ignorancia. Se examinan las definiciones clásicas de ambas falacias y se dictamina que bajo tales definiciones los argumentos fundamentadores serían falaces. A continuación se proporcionan nuevas definiciones de ambas falacias, más acordes con el trabajo reciente en teoría de la argumentación y se sostiene que, bajo estas definiciones, no todos los argumentos fundamentadores son falaces.
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