Estudiando un grupo de quince enfermos de blefaritis, se considera esta afección como una dermatosis localizada en los bordes palpebrales y cuyo desarrollo está sujeto a las múltiples circunstancias y factores que contribuyen en la aparición de las dermopatías alérgicas: disposición constitucional, focos sépticos (cuya extirpación no va siempre acompañada de mejoría o curación), factores digestivos, endocrinos, hepáticos (cuya insuficiencia, denunciada por las pruebas funcionales, es de importante aplicación dietética y terapéutica), estado reaccional de la piel (que se manifiesta por la frecuencia de dermopatías en los antecedentes), diversos factores de localización (afecciones oculares anteriores, agentes mecánicos, físicos o químicos), así como la posibilidad de sensibilizarse a los gérmenes que anidan en los bordes palpebrales. Se expone la posible sensibilización a las bacterias del aire, que pueden además ser huésped habitual de la piel de los párpados, y cuya vacunación a cuatro enfermos ha logrado mantener la curación en dos de ellos (con un resultado nulo y desconociendo el otro), completando así la mejoría lograda con el tratamiento de los demás factores de la constelación alérgica.
Por la multitud de factores que intervienen, el aspecto morfológico de la blefaritis no prejuzga su etiopatogenia, ya que pueden originarse por múltiples mecanismos, susceptibles de combinarse.
Esquemáticamente se admiten los siguientes tipos etiopatogénicos: blefaritis eczematosa (o de contacto), prúrigo-diatésica (o atópica), micósica, microbiana y la forma seborreica en sus dos períodos (pitiriásico o escamoso y el seborreico).
Comunicación presentada, no leída, al XXII Congreso de la Sociedad Oftalmológica Hispano Americana (Granada, septiembre, 1944)
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados