El artículo pretende demostrar lo infundado del repetido tópico de las grandes dificultades y excesivo coste del cambio del ancho de vía ibérico al ancho normal europeo (UIC) en España, cuando en realidad puede hacerse a un coste del orden del 10 % del de la renovación normal de la vía, a condición de dar mucha importancia a la plena amortización de las vías existentes, cosa que lleva a admitir una duración del proceso de unos veinte o treinta años. También muestra que las molestias a los viajeros son inferiores a las producidas habitualmente por obras en la vía. Lo hace calculando los costes y molestias de los distintos métodos que pueden utilizarse.
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