En 2006, Filipinas abolió la pena de muerte. 1.800 que esperaban en el corredor para ser ejecutados respiraron aliviados. Entre ellos, un joven de ascendencia vasca que aún hoy cumple condena por un crimen que no cometió. El propio Paco Larrañaga nos cuenta su historia relatada con todo lujo de detalles en "Rindete mañana".
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