Se estudia a uno de los personajes más influyentes de la espiritualidad sevillana de la primera mitad del siglo XVI: el jesuita confesor de Teresa de Ávila Rodrigo Álvarez. En este periodo se organiza un conventículo de espiritualidad evangélica, paulina, visionaria y profética que tiene su origen en el eje Jerez-Lebrija y que pronto entroncará, a través de Rodrigo de Valer, con las ideas evangélicas y de vuelta a una Iglesia primitiva del canónigo magistral de la catedral de Sevilla Egidio, y a través de Rodrigo Álvarez con la Congregación de la Granada, una especie de escuela de espiritualidad hermética compuesta por artistas (Juan Bautista Vázquez, Vasco Pereira, Juan Martínez Montañés), clérigos seculares y monjas que tendrá su descendencia en personajes importantes en las peripecias de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción como fueron Hernando de Mata y Bernardo de Toro.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados