"Nadie es perfecto", una frase memorable que cerraba "Con faldas y a lo loco", acuñada por alguien cuyo cine sí se acercó a esa perfección. Billy Wilder dirigió varias obras maestras y sus películas se mantienen más vivas que nunca. Recordamos al maestro con sus propias reflexiones a los diez años de su muerte.
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