Por todos es conocida la advertencia de no consumir comida enlatada si el envase presenta algún abombamiento o abolladura, así como de necesitar la vacuna antitetánica si sufrimos una herida con un material sucio. Las onsecuencias de ambos casos se deben a neurotoxinas de bacterias del género Clostridium, que tienen la capacidad de adueñarse peligrosamente del funcionamiento de nuestros músculos.
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