Manuel Marín Amat, Manuel Marín Enciso
Los autores, con motivo de un caso personal de cuerpo extraño extraocular de la órbita (perdigón por accidente de caza), que presentaba: desplazamiento de la sombra radiográfica en los movimientos del ojo, equimosis de la conjuntiva bulbar en exacta correspondencia con la herida de penetración palpebral y hemorragia del cuerpo vítreo; llaman la atención acerca de la importancia que tiene en el diagnóstico diferencial entre los cuerpos extraños intraoculares y los extraoculares una buena técnica radiográfica y una perfecta interpretación fisiológica.
La explicación de presentar estos síntomas peculiares de cuerpo extraño intraocular, a pesar de ser extraocular, la encuentran los autores en los siguientes factores: Primero, en que el perdigón rebotó sobre una piedra, con lo que disminuyó su fuerza viva o de penetración, quedando enclavado en el tejido fibroso del borde adherente del párpado superior, produciendo solamente la contusión del globo ocular y la hemorragia consecutiva; segundo, el perdigón estaba enclavado en dicho sitio porque el interesado miraba en ese momento hacia abajo; tercero, en la posisción normal del ojo abierto el cuerpo se colocaba dentro de la órbita y escapaba a la exploración digital; cuarto, en la radiografía lateral en dos exposiciones (mirada hacia arriba y hacia abajo) el párpado superior sigue los movimientos del globo ocular, y por eso aparecía con doble sombra en la placa radiográfica, en vez de única.
Esta última explicación fisiológica y la técnica radiográfica, con los cristales de contacto de Comberg, establecieron el verdadero diagnóstico diferencial.
Discusión: Dr. Gregorio Díaz García del Viso.
Rectificación del autor.
Sociedad Oftalmológica de Madrid. (Sesión del día 25 de enero de 1946)
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