Fernando Carlos Pellegrino, Elizabeth Liliana Pacheco, María Laura Vazzoler
El Dogo Argentino es susceptible a la sordera congénita, que se considera hereditaria en esta raza. Esta afección no puede ser tratada o curada, pero la crianza controlada puede prevenir o minimizar su ocurrencia.
En este trabajo se examinó la función auditiva en 299 perros Dogo Argentino (138 hembras, 161 machos) utilizando la prueba de Potenciales Evocados Auditivos del Tronco Encefálico (PEATE), de acuerdo a métodos preestablecidos. Los resultados preliminares indicaron que la prevalencia de trastornos auditivos en los perros examinados fue del 27%, de los cuales 16% fueron sordos unilaterales, 10% sordos bilaterales y el 1% presentó hipoacusia unilateral. No se observaron diferencias signifi cativas entre sexos. El porcentaje del total de perros afectados que presentaron sordera unilateral fue del 60%; en ausencia de la prueba de Potenciales Evocados Auditivos del Tronco Encefálico ese es el porcentaje de animales afectados potencialmente disponibles para cruzamiento que pueden aumentar la prevalencia de sordera, porque tienen alto riesgo de pasar desapercibidos.
En base a estas observaciones se recomienda el apareamiento exclusivo de animales examinados y de audición normal comprobada como método para reducir la cantidad de animales sordos. En nuestro conocimiento, este es el primer informe acerca de la prevalencia de sordera en el Dogo Argentino.
The Dogo Argentino dog is susceptible to congenital deafness which is thought to be inherited. The condition cannot be treated or cured, but controlled breeding could prevent or minimize the occurrence. In this study, hearing function was tested in 299 Dogo Argentino dogs (138 females, 161 males). Brainstem auditory evoked response (BAER) tests were performed using established methods. The preliminary analysis showed that the prevalence of hearing disorders in the tested dogs was 27%, of which 16% were unilaterally deaf, 10% were bilaterally deaf, and 1% showed unilateral reduced hearing. No gender differences were observed.
The percentage of affected dogs with unilateral deafness was 60%; in the absence of BAER testing this is the percentage of affected animals potentially available for breeding, and hence worsening the prevalence of deafness because they could be overlooked. Breeding from only tested and proven normal dogs is therefore recommended, and should reduce overall deafness. In our knowledge, this is the fi rst report of prevalence deafness in Dogo Argentino.
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