Durante su intervención en la Conferencia de Países Menos Adelantados, celebrada en Estambul en mayo de 2011, T. Rifai, secretario general de la Organización Mundial de Turismo (UNWTO), sostuvo que el turismo internacional había conseguido superar la crisis más profunda de su historia. Su duración, sorprendentemente reducida, se ha limitado a 2009, cuando el número de viajeros se redujo hasta 877 millones, 36 menos que en 2008 e incluso inferior al de 2007. En 2010 tuvo lugar una fuerte reactivación del 7% y las previsiones para 2011 apuntan un nuevo incremento entre el 4 y el 5%. Se trata, por otra parte, de una recuperación generalizada a casi todo el mundo, aunque particularmente intensa en Asia Meridional y América Latina y, en menor medida, en el África Subsahariana y en Europa Central y Oriental. Sólo el Nordeste asiático, por el riesgo de contaminación radioactiva tras el accidente en la central nuclear en Fukushima, y el norte de África, junto al resto de países árabes afectados por las revueltas políticas y sociales de la pasada primavera, registraron descensos netos de visitantes durante la primera mitad de 2011 y perspectivas negativas para el conjunto del año. Según UNWTO ninguno de las dos incidencias tendrán, sin embargo, entidad suficiente como para modificar las previsiones de crecimiento a nivel global, lo que significa que, en el caso de los conflictos en el Norte de África, el impacto sobre el turismo hacia los países afectados los países de origen de los turistas. Cabe esperar, por tanto, que la principal consecuencia turística de la «primavera árabe» sea una fuerte reordenación del tráfico en el área del Mediterráneo, con importantes repercusiones en el conjunto de Europa. En Europa Occidental, y en particular en la Europa mediterránea, las previsiones iniciales para 2011 eran igualmente optimistas debido a la fortaleza de los indicios de recuperación económica en los países del norte, pero también más moderadas que en el resto. Aunque todavía no existen datos que permitan contrastarlo, los avances de resultados correspondientes al primer semestre que están presentando algunos gobiernos indican que los resultados han superado ampliamente las previsiones, ratificando la hipótesis de que la reordenación del tráfico no ha frenado significativamente los flujos de salida desde los países del centro y norte de Europa.
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