En Las Islas Baleares hay actualrnente un total de 8 cuevas habilitadas para la visita turística; 5 de ellas estan ubicadas en Mallorca, mientras que cada una de las Islas menores (Menorca, Eivissa y Formentera) alberga una sola cavidad explotada turísticamente. Las cuevas más destacables, tanto por su belleza y espectacularidad como por sus dirnensiones, son las Coves d'Arta (Capdepera) y las Coves del Drac (Manacor), situadas en la isla de Mallorca. Ambas cavi- dades cuentan con una larga historia de trabajos de habilitación y visitas más o menos organizadas, a partir de mediados del slglo XIX. Asimismo, existen al menos 7 cuevas más que han sufrido acondicionamientos diversos para su visita (e incluso explotación turística continuada), aunque no se encuentran abiertas al público en la actualidad. En la Isla de Mallorca, destaca el sistema Coves del Pirata-Cova des Pont (Manacor), que fue abierto al publico en 1897 recibiendo numerosos visitantes durante los primeros decenios de! siglo XX; la pujanza de las vecinas Coves dels Hams y Coves del Drac, determinó el cese de las incursiones organizadas en esa localidad. En Eivissa, la Cova Santa (Sant Josep de sa Talaia) estuvo abierta al turismo hasta hace unos pocos decenios, utilizándose ahora un entorno para actividades de restauración y ocio. Desde el comienzo de la afluencia turística a las Baleares, que tuvo Lugar a comienzos del siglo XX, la visita de cuevas kársticas ha constituido una parse relevante de los atraclivos ofrecidos al viajero.
Hoy en día, esta vertiente de nuestro patrirnonio geológico está totalmente integrada en los ciruitos del turismo de masas, registrándose cifras de. visitantes superiores a las 800 000 personas anuales (1990) en el caso de las famosas Coves del Drac. Hay que tener presente que esta caverna goza de un cierto renombre international, como resuitado de los descubrimientos efectuados por el pionero espeleólogo francés Edouard A. Martel el año 1896. Es irnportante destacar que la totalidad de las cuevas habilitadas para el turismo en las islas Baleares son de titularidad privada, hecho que influye de forma decisiva en el tipo de explotación turística llevado a cabo. Esta particularidad determina que las preocupaciones de índole medio-ambiental sean escasas por parte do la mayoría de empresas explotadoras, primando en cambio criterios de rentabilidad y de incremento del número de visitantes. Además, y como consecuencia lógica de to anterior, las iniciativas de caracter cultural o científico que surgen o van ligadas a la explotación turística de nuestras cuevas son (salvo muy contadas excepciones) practicamente inexistentes.
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