Este artículo analiza cómo la liberalización de intercambios y la inmigración pueden afectar al bienestar de los trabajadores nativos cualificados y no cualificados, y cómo este impacto juega en la política de inmigración. La novedad reside en el intento de hacer endógenas las restricciones de inmigración mediante la integración de los cambios en los votantes, en un modelo de economía geográfica con dos tipos de trabajadores -cualificados y no cualificados-. Se demuestra que la liberalización puede llevar al candidato ganador a aumentar la cuota de inmigración.
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