A los 62 años de edad y tras una carrera artística llena de altibajos, el pintor francés Édouard Pingret decidió emigrar a México para buscar fortuna. Este personaje de carácter difícil residió en nuestro país entre 1850 y 1855, donde hizo toda suerte de negocios y ejerció con éxito su profesión en los círculos sociales más influyentes. En ese breve periodo logró atesorar una rica colección de "antigüedades aztecas", de la cual se pueden reconstruir sus derroteros hasta la actualidad.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados